sábado, 11 de agosto de 2007

Piden el cierre definitivo de la central de Santa María de Garoña: se reabre el debate sobre la energía nuclear.



Ayer los vecinos de Santa María de Garoña (Burgos), acompañados de gente procedente de Euskadi y La Rioja, han pedido de nuevo el cierre de la central nuclear del mismo nombre.
Según los manifestantes: "Son más de 36 años de funcionamiento sin el consentimiento de la sociedad, más de 26 años operando con grietas importantes en partes fundamentales para su seguridad, más de 11 años desde que se agotó su vida útil". La central de Garoña, cuya empresa propietaria, Nuclenor, ha solicitado al Gobierno un permiso para prorrogar su funcionamiento entre 2009 y 2019, es "la única de primera generación que aún sigue en funcionamiento tras el cierre de Vandellós I y Zorita". 

Informe sobre la central:

En el enlace del título podreis encontrar un informe detallado sobre el lamentable estado de la central, así como las reparaciones y problemas a los que se ha enfrentado hasta hace ocho años. Es una central obsoleta y achacosa que debería ser clausurada de inmediato, pero que sin embargo, todavía tiene una prórroga de 10 años más.
El informe dice: "La producción anual de la central es de aproximadamente 4.000 millones de kWh, es decir un 7% de la electricidad de origen nuclear y un 2,5% del total de producción eléctrica anual en España. Estas cifras equivalen aproximadamente al 50% del consumo eléctrico de la Comunidad de Castilla y León y a la tercera parte del consumo de la Comunidad Autónoma de Euskadi. La producción de Garoña serviría para abastecer las necesidades de energía eléctrica de más de un millón de españoles cada año. Los resultados operativos de la central, especialmente en los últimos años, muestran una creciente mejora, ya que arrojan un factor de operación desde el inicio del funcionamiento de la central cercano al 80% y un factor de carga de próximo al 74%. En la última década estas cifras se han elevado por encima del 90%." Quizá esta sea una de las razones por las que sigue abierta, su eficiencia, pero en los últimos años las costosas reparaciones y los constantes problemas de seguridad la han hecho menos rentable.

Se ha detectado corrosión en el barrilete y los manguitos de las penetraciones (ver figura Vasija del reactor de Sta María de Garoña) y problemas en el sistema de detección de incendios, que más que prevenirlos quizá pudiera causarlos.

La central debe ser cerrada, ya que supone un peligro directo para los trabajadores en caso de un fallo irreparable de lo anteriormente citado, y supone un peligro indirecto para los vecinos de la zona en 90 km a la redonda.

Debate sobre la energía nuclear:

Desde mi punto de vista, hoy por hoy, la energía nuclear es el recurso más limpio y eficiente del que disponemos para el abastecimiento de energía eléctrica. Cierto es que existen riesgos de accidentes nucleares, pero no son más dañinos que si un embalse de una central hidroeléctrica se desborda o fallan los muros de contención y sepultan una ciudad entera. El miedo a la energía nuclear viene infundado por el temor a que nos pueda matar algo que ni siquiera vemos, pero si nos paramos a pensar, una central nuclear contamina mucho menos a corto plazo que una central térmica, luego es una manera más limpia de conseguir energía eléctrica. Los accidentes nucleares son muy poco frecuentes, casi igual de frecuentes que los de las centrales convencionales, pero por alguna razón se le dan mil veces más importancia. ¿Por qué tememos tanto la energía nuclear? ¿Es acaso la ignorancia la que nos hace verlo como un peligro, cuando no es más peligrosa que la energía térmica? Sea lo que sea, parece haber una campaña anti energía nuclear.

Parémonos a pensar por un momento: ¿qué alternativas tenemos ahora que los combustibles fósiles empiezan a fallarnos?
Energía eólica: es efectiva, pero estamos todavía muy lejos de que lo sea totalmente y más todavía de poder utilizarla a gran escala.
Energía maremotriz: si con la eólica estábamos lejos, con esta estamos a años luz (nunca mejor dicho) de conseguir un rendimiento aceptable.
Energía procedente de biomasa: podría ser la alternativa más viable y, de hecho, ya son muchos los países europeos que la utilizan, a parte de ser la solución a problemas medioambientales de vertederos de basuras (orgánicas), vamos, lo que viene siendo, matar dos pájaros de un tiro. Pero parece que en España no se animan por lo costoso de las instalaciones.
Obtención de biocombustibles para quemar en centrales térmicas: francamente, esto no lo veo como una solución de futuro, no porque no sea rentable, que lo es y mucho, pero si lo pensamos con detenimiento, los cultivos energéticos no harían más que encarecer los alimentos como el maíz, la caña de azúcar y los cereales en general, productos de primera necesidad en países subdesarrollados, consecuencia: hambrunas y pobreza por doquier.

La energía nuclear es la solución a corto/medio plazo que necesitamos para que nos de un margen de tiempo, entre el agotamiento de los combustibles fósiles y el hallazgo de otra solución efectiva para la producción de electricidad, para poder desarrollar esa solución.

Como siempre es mi humilde opinión, quizá se me echen encima ecologistas del mundo entero por proponer esto, pero si lo analizamos fríamente, no necesitamos hacer una carrera contrarreloj estos 150-200 años hasta el agotamiento del petróleo, hagamos las cosas bien, aprovechemos el recurso más efectivo por el momento y démosle tiempo a que se puedan desarrollar nuevas tecnologías energéticas respetuosas con el medio ambiente.











9 comentarios:

  1. llevo mas de 20 años en greenpeace y me parece increible que despues de tantos años haya gente de a pie que opine como tu de un tema tan serio como este, como se nota que tu no has visto los efectos en las personas y el medio ambiente que ha creado el accidente nuclear de chernobil, sin contar otros accidente solo el de chernobil ha supuesto mas muerte y destruccion y daños a las generaciones futuras que todos los accidentes de la energia termica,decir que es la mas limpia es una falta total de veracidad, que haces con los residuos, los tiras al fondo marino?
    debido a los grandes intereses de las grandes constructoras se ha vuelto a abriri
    el debate en españa, ya han acabado con el litoral y ahora quieren macroproyectos como la construccion de mas centrales para ganar mas y mas dinero, apoyados por la fuerza mediatica del pp,
    un saludo y espero que mi largo comentario sirva para por lo menos hacerte dudar

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  2. Siento decirte que no me haces dudar ni un segundo, por qué? Porque accidentes como el de Chernobyl son aíslados, claro que son mucho más escandalosos y los medios le dan mucha más importancia.
    Y si, soy una persona de a pie, pero no crees que para escribir todo esto me he documentado un poco? O que quizá me interese un poco esto debido a que será de lo que coma dentro de unos años cuando me titule?
    Para los resíduos hay tratamientos, cierto que no son tan fáciles de eliminar o "tapar" como el agua contaminada de una central térmica (lo cual hoy por hoy quizá sea más dañino), pero la tecnología nuclear ha avanzado mucho desde Chernobyl, eso ocurrió hace más de 20 años y se han tomado medidas al respecto.

    Estoy completamente de acuerdo con que cierren la central de Garoña, es de primera generación y para nada cumple los requisitos mínimos de seguridad nuclear, pero no hagamos una guerra a la energía más productiva de estos momentos por casos aíslados, y mucho menos ahora que no tenemos nada asegurado como energía de futuro.

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  3. Hace cuarenta años la energía nuclear iba a salvar al mundo. Ahora hay que salvar al mundo de la energía nuclear. Enormes sumas de dinero se han invertido en construir más de 400 centrales nucleares hasta la fecha. La energía nuclear iba a ser barata, segura y fiable. En cambio, ha demostrado ser cada vez más costosa, peligrosa e impredecible - tanto que casi todas las compañías de electricidad en todo el mundo han dejado de encargar centrales nucleares, muchas de las cuales han sido abandonadas en plena construcción. La energía nuclear no suministra más que un 5 por ciento de la energía mundial, y ha causado enormes problemas. Nadie sabe todavía qué hacer con la concentración de desechos radiactivos que producen las centrales nucleares, ni con las centrales mismas cuando son cerradas. Estamos dejando el dilema a nuestros descendientes. En 1986, un solo accidente nuclear, en Chernóbil, causó más de 250 mil millones de dólares de pérdidas tan sólo en la Unión Soviética, contaminando una inmensa extensión de tierra. Dicho accidente puede llegar a causar hasta 250.000 muertes. Ahora se reconoce que muchas viejas centrales nucleares pueden causar accidentes parecidos. Y lo peor de todo es que las centrales nucleares están produciendo cientos de toneladas de mortífero plutonio: una cantidad suficiente para fabricar decenas de miles de bombas nucleares. Un pedazo del tamaño de una naranja puede destruir una ciudad entera. Algunos políticos abogan por un renacimiento de la energía nuclear, porque no emite dióxido de carbono y por lo tanto no contribuye al calentamiento global del planeta. Esto no cambia mucho las cosas, ya que la energía nuclear por sí sola amenaza la existencia misma de la vida en la Tierra.

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  4. * En septiembre de 1987, los habitantes de Goianía, una ciudad brasileña, encontraron una máquina desconocida abandonada en un vertedero. La abrieron y hallaron en su interior un polvillo azul. La tradición de la pintura corporal debió marcar el comportamiento de los brasileños, pues muchos de ellos se embadurnaron con él. Un mes después se empezaron a producir las primeras muertes. Aquel polvillo era Cesio 137, un material altamente radiactivo que debería haber estado almacenado bajo estrecha vigilancia. El Gobierno brasileño se vio obligado a poner a toda la población bajo control radiológico. Casi 300 personas se vieron afectadas. Los que murieron a causa de la radiación fueron enterrados en ataudes de plomo de 608 kilos bajo varias capas de cemento. * Al menos tres cementerios de residuos de baja actividad de los Estados Unidos y el de Carísbad (Nuevo Méjico) para deshechos altamente radioactivos han sufrido fugas y problemas geológicos. * En los almacenes radioactivos rusos también se han producido accidentes muy graves. El vertido de residuos al río Tetcha, durante el periodo 1948-1951, supuso la contaminación de 124.000 personas, y la evacuación de otras 7.500, que ocupaban suelos altamente contaminados. * El accidente más grave se produjo el 29 de septiembre de 1957, en la planta de almacenamiento de Kishtim, cuando al explotar un contenedor con 160 m3 de residuos, contaminó con unos 2 millones de curios una superficie de 1.000 km2. El accidente obligó a la evacuación inmediata de 10.700 personas. El secreto oficial ha impedido conocer el número de víctimas del accidente (16). Los materiales radiactivos acumulados en el lago Karachai se dispersaron con la sequía de 1967; como consecuencia, 1.800 km2 resultaron contaminados. Todavía en 1991, permanecer una hora en esta zona suponía recibir una dosis radiactiva mortal. *El 20 de abril de 1973 nadie prestó ninguna atención particular al tanque 106 T en el área 200 Oeste de la Reserva de Hanford (EE.UU.). Construido con hormigón reforzado con un alineamiento de acero al carbono en su fondo y en los lados, es cilíndrico de forma, de unos 23 metros de diámetro y 10 de profundo y está hundido en el suelo con unos dos metros de tierra sobre su techo en forma de cúpula.
    En abril de 1973, el tanque 106 T contenía residuos radiactivos de alta actividad procedentes de la planta de reprocesado de combustible Purex con alrededor de 1,5 millones de litros, principalmente en forma líquida. Entre el 20 de abril y el 8 de junio, el tanque 106 T dejó escapar al suelo, más o menos 435.000 iltros de liquido absolutamente radiactivo conteniendo aproximadamente 40.000 curios de cesio-137, 14.000 curios de estroncio-90 y 4 curios de plutonio.
    La fuga era la decimoprimera registrada en Hanford, no sería la última. * En noviembre de 1978 el biólogo disidente soviético Jaurés Medvedev informó de una supuesta catástrofe producida en la región soviética de Cheliabinsk, en los Urales del Sur, como consecuencia de haberse producido criticidad en una planta de tratamiento o almacenamiento de residuos radiactivos. La catástrofe habría tenido lugar a finales de 1957 o principios de 1958, habría producido la muerte de centenares de personas y habría contaminado una extensa área. Informes de la CIA confirmaron, sin mayores precisiones, esta catástrofe, sabiéndose también que los Estados Unidos no tuvieron interés en señalarla, en su día, para no alertar contra su propio programa nuclear. * A comienzos de abril de 1993 se desencadena un grave accidente en el depósito de residuos radiactivos de Tomsk. El 18 de julio del mismo año se produjo otra fuga radiactiva en la planta de Tcheliabinsk, que también procesa residuos radiactivos; el 2 de agosto, otro accidente en el almacén de Tcheliabinsk 40. La lista de accidentes en depósitos de residuos radiactivos se incrementa peligrosamente. Las estimaciones de sus consecuencias son sobrecogedoras: 450.000 personas contaminadas, de las cuales más de 50.000 habrían recibido dosis considerables...

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  5. Los residuos se sepultarían bajo los sedimentos del lecho oceánico. Esto presenta los problemas de que los residuos no son recuperables ni controlables y de que deberían producirse numerosos transportes con el riesgo de accidente.

    Encerrar residuos radioactivos en contenedores o bidones y esperar que se mantengan clausurados hasta la eternidad, es una soberana ingenuidad. En septiembre de 1970, el comandante J. Cousteau presentó ante el Consejo de Europa fotografías de bidones de residuos radioactivos franceses sumergidos en el Atlántico "abriéndose y cerrándose como ostras". Los técnicos preveían que se mantuvieran herméticos y estables.

    Ya existen leyes internacionales que prohíben el depósito de residuos de alta actividad en el mar, si bien siguen existiendo plantas de reprocesamiento de residuos radiactivos (Sellafield y Dounreay en Reino Unido; La Hague en Francia) responsables del 98% de los vertidos radiactivos al Atlántico. Según la Declaración de Sindra (23-07-98, Sindra, Portugal) para el año 2000 deberán "reducir sustancialmente sus vertidos", y para el 2020 deberían ser cercanas a cero.

    A pesar de ello hay tres lugares en el mundo que se están investigando: una fosa cerca de Canarias, otra cerca de Azores y otra no lejos de Nueva Zelanda.

    Se ha demostrado que es una insensatez absoluta
    Esta opción también ha sido abandonada por incontrolable e inviable y por la firma de acuerdos internacionales sobre protección de la Antártida. Esta opción se ha abandonado por razones obvias: no hay más que pensar en la posibilidad de un accidente como el del Challenger, que se encargase de distribuir por la atmósfera toneladas de residuos de alta actividad; cada lanzamiento sería la amenaza de un nuevo Chernobil. Además este método es tan caro que supondría el inmediato cierre de las centrales nucleares. Este proceso consiste en convertir los residuos en otros radionucleidos de vida más corta mediante el bombardeo con neutrones. Presenta el inconveniente de que es muy caro y todavía no se tienen garantías de que el proceso reduzca de forma efectiva la cantidad de radiactividad, puesto que se trata de procesos con una cierta estadística y no siempre se obtienen isótopos menos activos.

    Dicho expresamente por la propia industria nuclear esto no sería la solución para los residuos radiactivos (Reunión de científicos de 18 países en el Ciemat. Septiembre del 98), aunque sí ampliaría "el negocio" del "mundillo nuclear".
    Consiste en la separación química de los diferentes componentes de los residuos para su posterior reutilización. Se podría extraer el uranio no gastado y el plutonio para usarlos como combustible de reactores rápidos o para fabricar bombas atómicas.

    Además se extraen otros isótopos para usarlos como fuentes radiactivas en medicina o con fines industriales. Sin embargo este proceso no es adecuado para resolver el problema de los residuos porque sólo disminuye la radiactividad típicamente en un 3% y, a cambio, multiplica el volumen de los residuos por 160.

    Se trata más bien de una forma de obtener beneficios a partir del combustible gastado. Lo usan de forma comercial cuatro países: Francia, EE.UU., Inglaterra y Rusia. Un total de 16 países tienen combustible reprocesado o planean reprocesarlo. España ha enviado combustible para reprocesar procedente de Zorita a Inglaterra y a Francia procedente de Vandellós I.

    Además, las plantas reprocesadoras, se han convertido en las mayores contaminantes radiactivas de nuestros mares. La planta de Sellafield (Reino Unido) planeaba deshacerse de 8.000.000 de litros diarios, de residuos radiactivos, durante los próximos 20 años. La empresa propietaria (British Nuclear Fuels -BNFL) así como COGEMA en Francia deberán parar sus vertidos y limpiar lo contaminado durante años (Declaración de Sindra, Julio-98).
    Greenpeace. Marzo-98
    Sería el menos malo de todos. Consistiría en el almacenamiento de los residuos en espacios especiales dedicados a ello, siempre bajo control y con sistemas de refrigeración pasivos. Los residuos deben estar confinados en contenedores especiales con diversos blindajes.

    Este proceso presenta la gran ventaja de que los residuos son accesibles y siempre se mantienen bajo control, con lo que se podría actuar sobre ellos caso de producirse algún problema. Tambíén daría la posibilidad de acceder fácilmente a ellos si en un futuro se lograse algún tipo de técnica para su inactivación o aprovechamiento.

    Es el método propuesto por grupos no gubernamentales y multitud de científicos. De todas maneras también presenta inconvenientes.
    Consistiría en depositar los residuos en cementerios a unos cientos de metros de profundidad (entre 500 y 1000 metros) en formaciones geológicas dudosamente estables. Es del todo ilusorio e irresponsable tratar de preveer el comportamiento geológico a miles de años vista.

    La imprevisibilidad de la evolución geológica, de las corrientes de agua subterráneas y el tiempo que deben estar confinados (del orden de miles de años, es decir, cientos de generaciones) desaconsejan absolutamente esta opción.

    Otras situaciones que complican técnicamente esta solución es que las desintegraciones generan gases nobles, al año se genera un volumen aproximado de gas igual al volumen de los residuos lo cual hará aumentar seriamente la presión en el contenedor. Otro problema serio es el calor desprendido que hace necesario pensar en sistemas de refrigeración o de difusión de calor, para evitar que se fundan los residuos y la propia contención. Otro gran problema técnico es la propia radiactividad emitida que hace que cambien las propiedades de los materiales. Un intenso bombardeo de rayos gamma convierte en frágiles materiales que antes eran tenaces.

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  6. La industria nuclear quiere librarse del problema de sus residuos de alta actividad construyendo cementerios nucleares en formaciones geológicas profundas. En España, la entidad encargada de la gestión de estos residuos es la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos ¿Quiere Vd estar informado?(ENRESA).

    Esta empresa estatal planea construir, en el futuro cercano, instalaciones para el almacenamiento definitivo en profundidad de residuos radiactivos, es decir, cementerios nucleares (AGP). Aunque sigue "mintiendo" a la población y acusándonos de provocar alarma social. Se podría llegar a pensar que Enresa se dedica a hacer el "trabajo sucio" de la industria nuclear, es decir, a absorver y financiar (con dinero de todos los ciudadanos) los residuos que esta industria genera.

    Estos cementerios nucleares (AGP: Almacenamiento Geológico Profundo) no son otra cosa que un enorme agujero con cámaras subterráneas donde se introducirían los residuos previamente embidonados, sellándose con distintos componentes.

    Se han realizado pruebas en distintos subsuelos como son las sales y las arcillas presentándose problemas técnicos insalvables, por ello pretenden buscar zonas graníticas. El granito presenta la ventaja de su elevada dureza y de su impermeabilidad primaria. Sin embargo, los depósitos de granito frecuentemente se encuentran afectados por una intensa fracturación que los convierte en medios permeables, en los que son impredecibles tanto el comportamiento hidrogeológico como el desarrollo de las fracturas en profundidad.

    Otro serio inconveniente es que no se conoce cual es la geometría en profundidad de los macizos graníticos. Así, recientes estudios de campo, unidos a datos geofísicos y de modelización experimental en laboratorio, muestran que lo que se creían batolitos (macizos graníticos) de elevada continuidad vertical son en realidad cuerpos laminares incapaces de garantizar el aislamiento.

    En conjunto, el enterramiento presenta una serie de inconvenientes que lo hacen desaconsejable. La escala de tiempos tan gigantesca de la que hablamos es del orden de los tiempos de evolución geológica: Nadie puede predecir si actuarán o no un volcán o una falla en determinado sitio, ni cual va a ser el modelo de circulación de agua en un determinado punto. El seguimiento de los residuos para saber en qué condiciones se encuentra el almacén en cada momento se descarta por motivos económicos. Además, los residuos no son fácilmente recuperables, con lo que sería difícil tratarlos en caso de que a alguien se le ocurra alguna solución, o resolver los problemas de ruptura de los contenedores.

    Esta opción es la que propugna Enresa (aunque lo niega públicamente) y sobre la que siguen investigando. Manifiestan no tener proyectos específicos aunque ya se estudian modelos para ser aplicados en España. Y según palabras de sus representantes ya habría lugares dispuestos a recibirlos, lo que no sabemos es a qué lugares se refieren.

    Sí que conocemos algunos de los requisitos que, fuera de los propiamente geológicos, también "se barajan" para su ubicación:

    * La zona no ha de tener demasiada población.
    * Su economía no debe ser muy rica, ya que si lo fuera, sería mucho más difícil convencer a los ciudadanos con la cuantía de las subvenciones que contemplan las leyes para este tipo de construcciones.
    * El área no deberá tener interés ecológico ni turístico.
    * La capacidad asociativa de los ciudadanos que allí residan no tiene que ser demasiado importante, es decir, no deben estar organizados en asociaciones de vecinos o ecologistas de consideración, ya que en ese caso, la respuesta popular contra la construcción de los almacenes podría ser mucho más fuerte.

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  7. El movimiento antinuclear reconoce los residuos nucleares ya existentes como un grave problema al que hay que buscar solución.
    Sin embargo, el problema es doble porque ninguna de las soluciones propuestas aparece como satisfactoria.
    Cuando se nos tacha de irresponsables por no contribuir a la solución, o se nos acusa de fomentar la alarma social al oponernos a la construcción de un depósito, se olvidan de que la mejor forma de minimizar el problema de los residuos es
    dejar de producirlos, es decir, el cierre de las centrales nucleares.

    El primer paso que hay que dar para solucionar el problema de los residuos radiactivos es dejar de agravarlo, es decir, cesar de producir indefinida e ilimitadamente más y más residuos radiactivos. No existe solución técnica adecuada para este problema. La única respuesta es no producir más residuos. De este modo se lograría minimizarlo. Debe tenerse claro que esa es la única aproximación responsable y lógica al respecto, incluso antes de ponerse a discutir como debe ser la gestión de los ya generados.

    El problema que provocan los residuos radiactivos fue la causa de que diversos paises adoptaran una política energética no nuclear. Si bien el Estado español ya no puede ser tan responsable como estas otras naciones en este tema, puesto que nos ha convertido en uno de los diez países más nuclearizados del mundo - y, por lo tanto, con uno de los mayores stocks de residuos radiactivos -, sí puede avanzar en ese sentido al paralizar su producción.

    Sin embargo, no es imposible que se descubra algún día el modo de eliminar la radiactividad, aunque las investigaciones van muy despacio, incluso puede encontrarse el modo de reutilizar el combustible gastado -una opción no tan lejana, ya que en Japón está empezando a investigarse-, o bien hallar alguna nueva fórmula para aprovechar los residuos.

    Almacenamiento en piscinas:

    Los restos de combustible nuclear se almacenan bajo el agua, que actúa como refrigerante y como blindaje biológico, en piscinas de hormigón cubierto de materiales sintéticos o acero inoxidable. Desde que las centrales nucleares españolas empezaron a funcionar, se guardan, temporalmente, en piscinas construidas en ellas para su almacenamiento. Es una solución temporal.

    ¿Y el almacenamiento en superficie?

    El gran desconocimiento que sobre la geología tienen aún los científicos, ha llevado a muchos expertos en residuos radiactivos a valorar más positivamente otra opción: el almacenamiento temporal en la superficie. De esta forma, siempre podrían aprovecharse las nuevas tecnologías que vayan apareciendo, podría ejercerse un control mucho mayor sobre los residuos o, en último caso, podrían mantenerse de esta manera los desechos hasta el momento en que la tecnología y la ciencia hayan avanzado lo suficiente como para construir un almacén con totales condiciones de seguridad. Ésta es la opción que parece imponerse como la de mayores posibilidades.

    El almacenamiento en superficie tiene, desde luego, las ventajas de que se pueden controlar los residuos y de que estos son accesibles en cualquier momento. Los depósitos podrían ser los lugares donde se generan, es decir, las propias centrales, con lo cual se suprimirían los transportes. De momento habría que recurrir a la refrigeración activa, mediante agua que se hace circular con bombas, pero quizá en un futuro se avance en medios de difusión de calor pasivos y se pueda realizar el almacenamiento en seco. Pero el almacenamiento en superficie presenta el serio inconveniente de que los depósitos están sujetos a los avatares de la especie humana sobre la tierra.

    Esta solución es desechada por la industria nuclear porque es mucho más cara para ellos que el enterramiento, ya que implica un mantenimiento y un seguimiento ininterrumpidos; además de ser los responsables jurídicos de los mismos. Esto implicaría, posiblemente el cierre de las centrales nucleares por dos motivos fundamentales: Primero porque la capacidad de almacenamiento de residuos en las centrales es limitada, ya que no se han pensado para ese fin, y habría que clausurar la central cuando se colmatara. En segundo lugar, el precio y responsabilidad de la gestión recaerían sobre la propia central, lo cual aumentaría el precio de la energía generada.

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  8. Olvidando la experiencia de Chernobil, cerrando los ojos al riesgo y de espaldas a los intereses de los ciudadanos,
    las compañías eléctricas quieren alargar el funcionamiento de las plantas atómicas y abrir nuevos reactores.

    Lo más razonable y lo más justo es detener ahora mismo la producción de residuos tan peligrosos.

    La única manera es cerrar las centrales nucleares: cuanto antes, mejor; y potenciar
    al máximo: la investigación, el desarrollo y el uso de las Energías Renovables.

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  9. Energía nuclear no, porque la radiación hace pupita.
    Energía eólica no, porque los pájaros se estrellan contra los generadores en sus migraciones.
    Energía meremotriz no, porque se cambia el hábitat de los mares.
    Energía térmica no, porque se cotaminan presas y embalses.
    Energía hidroeléctrica no, porque los salmones no pueden remontar el río para desovar...

    Entonces deberíamos empezar por apagar nuestros ordenadores, televisiones, y demás aparatos eléctricos y vivir de nuevo como los primeros homo sapiens sapiens. No se que hacemos delante de un ordenador malgastando energía eléctrica cuando podríamos estar comunicándonos perfectamente mediante señales de humo.
    Seamos consecuentes, cuando vamos en el coche y hace calor somos los primeros en poner el aire acondicionado a tope, por no hablar de lo que hacemos en casa...
    Ahora nos echamos las manos a la cabeza?? En fin...

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