sábado, 16 de julio de 2011

Yo también soy experta en energía

Nadie se escandalizará si digo que en este país nos caracterizamos por tener todos un título de Todólogo (o Todóloga, por aquello de la igualdad): tan pronto somos entrenadores de fútbol, como jueces, economistas, expertos en física nuclear y lo que nos echen. 
Pues yo no voy a ser menos, que de algo tendrá que servir el título de Ingeniero Técnico de Minas, especialidad en recursos energéticos, combustibles y explosivos.

Esta semana nos hemos levantado con la noticia de que en 2013 se cierra la central nuclear de Santa María de Garoña. Bueno, en realidad lo que ha pasado es que en Ministerio de Industria no ha renovado la concesión de explotación, que no es exactamente lo mismo que decretar el cierre. Por otra parte, los informes del CSN eran favorables, es decir, que "todavía es segura" (y esto lo pongo entre comillas, porque ninguna fuente de energía es segura al 100%, ni las renovables). Todo esto lo explica fenomenalmente bien el Doctor Manuel Fernández Ordóñez aquí.
Y cómo no, las reacciones no se han hecho esperar: los de las sectas pseudoecologistas han montado la fiesta, los del lobby pro-nuclear se han echado las manos a la cabeza y otros simplemente hemos intentado pensar.

Antes de empezar con el análisis que voy a hacer a continuación, tened en cuenta: soy pro-nuclear con peros, así que los que tengáis el discurso irracional preparado podéis dejar de leer ya mismo y empezar con vuestros dogmas de fe en los comentarios.

Una por una, voy a analizar las fuentes de energía que utilizamos más comunmente en España:

Carbón:

El del carbón ha sido un sector estratégico en nuestro país durante muchos años, y sigue siéndolo.
Si bien es cierto que es una industria poco rentable y que depende enormemente de las subvenciones (como hemos podido ver en el último año con la aprobación del decreto del carbón, varios EREs en empresas mineras y huelgas), si se dejase hundir supondría la ruina de varias comarcas (aunque, y desde mi punto de vista, esa ruina vendría dada por una mala inversión de dichas subvenciones, que no estaban destinadas a otra cosa que no fuera la transición a otro modelo industrial y que, en muchos casos, solo se destinaron a la construcción de polideportivos).
En cuanto a la generación de energía con carbón, todos estamos de acuerdo de que es la más contaminante, la que más CO2 emite y, por tanto, la menos deseable.
En nuestro sistema eléctrico, la generación térmica con carbón es una generación de base, sin capacidad de regular (capacidad muy reducida debido a la inercia térmica de las grandes calderas). 
En el caso de un desmantelamiento nuclear, el peso de la producción de base recaería sobre este tipo de centrales, aumentando así la quema de combustibles fósiles y la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero, que nos alejarían mucho del compromiso adquirido en el Protocolo de Kyoto.
Aunque también, por otra parte, tenemos el proyecto de captura y secuestro de CO2 de CIUDEN, una opción nada desdeñable a la hora de fomentar el consumo de carbón mediante técnicas limpias. Pero la planta es experimental, única en España y hace poco hemos visto cómo Endesa pretende desmarcarse del proyecto si la UE no da más facilidades (más subvenciones que pagamos todos y encarecen todavía más el kW).
Podría seguir hablando del carbón hasta rellenar mil post, pero lo fundamental sería: si vamos a desmantelar la producción nuclear, el carbón ocupará su lugar y para ello habrá que construir más centrales térmicas que emitirán más CO2 (aunque quizá esta fuera una buena excusa para seguir desarrollando la captura y secuestro de carbono).

Nuclear:

No es, ni mucho menos, una tecnología limpia, aunque sí es una forma de generar energía sin emisión de CO2 (directa, se entiende).
Algo que digo muchas veces es que preferiría vivir cerca de una central nuclear antes que vivir cerca de una central térmica (como es el caso). La razón es sencilla: es más probable que acabe desarrollando una enfermedad respiratoria que mermará mi calidad de vida viviendo al lado de una central térmica, que el hecho de que por vivir cerca de una central nuclear acabe desarrollando un cáncer (algo que también me puede pasar cerca de una central térmica y que, de hecho, pasa).
Soy pro-nuclear, si, con peros. Pienso que la energía nuclear es necesaria para hacer una transición menos "violenta" y con menos prejuicios hacia otro modelo energético. Seamos realistas: con el petróleo alcanzando precios cada vez más altos se hace necesario el tránsito a un modelo distinto de transporte, ya sea mediante automóviles híbridos o totalmente eléctricos. Para cargar las baterías de esos automóviles tenemos que sacar la energía de alguna parte. Volvemos a lo de siempre, tiene que haber una producción base que nos garantice una continuidad en el consumo: carbón o nuclear.
Por otra parte, la energía nuclear tiene el gran pero de la gestión de los residuos, muy lejos de estar solucionado por el momento, y menos en España, donde hemos adoptado el modelo de ciclo abierto: el uranio se consume y los productos de fisión se consideran residuos inutilizables que se almacenan y no se recuperan.
Otra cosa que debemos solucionar es el tema del ATC, ya que los residuos de alta actividad los mandamos a Francia para que los almacenen allí al módico precio de 60.000 euros al día (sí sí, al día, y los pagamos entre todos).
En resumen: para seguir confiando en la energía nuclear en España, primero hay que constituir un buen sistema de gestión de residuos, ya sea como ciclo abierto, cerrado o cerrado avanzando; lo que no podemos hacer es seguir almacenando el combustible gastado en las saturadas piscinas de los reactores actuales, o algún día tendremos un disgusto.
Otra cosa a tener en cuenta: en los últimos años no se han construido ni se ha planeado construir nuevas centrales, lo que nos lleva a confiar en las ya construidas, con tecnologías de hace varias generaciones, lo cual no es muy alentador.

Renovables y régimen especial:

Aquí tenemos mucho para escoger, y prácticamente todas válidas. 
Podemos considerar como renovables estrella la hidroeléctrica, solar fotovoltaica y eólica.
La hidroeléctrica nos salva el culo de apagones en algún que otro pico de demanda, además de regular la producción frente a la demanda. El inconveniente: el impacto ambiental de los embalses. Por otra parte, solo se consideran de régimen especial (primas) los aprovechamientos de saltos que den una potencia menor o igual a 10 MW, el resto cotiza el kW a precio de mercado.
Con la solar fotovoltaica hemos sufrido (cómo no) una burbuja que nos está explotando en la cara. Es la energía renovable que más primas recibe, con mucha diferencia, y a la vez es una de las que menos energía produce. Contradictorio, ¿a que si? Echadle un vistazo a este artículo (otra vez del Doctor Fernández Ordóñez). ¿Os hierve la sangre? A mi si, estamos pagando el kW fotovoltaico a 10 veces el precio de mercado. Cuando os llegue el recibo de la luz, os cagáis en la energía solar fotovoltaica, yo ya lo hago, además de cagarme en otras cosas.
La eólica: podríamos decir que es el patito feo. A pesar de producir el 16% de la energía en régimen especial, casi 7 veces más que la fotovoltaica, se lleva poco más que la mitad de las subvenciones. El inconveniente: la intermitencia del viento, igual que en la fotovoltaica, el sol no sale por la noche, ni todos los días con la misma intensidad. 

Gas natural (ciclos combinados):

Las centrales de ciclo combinado supusieron una revolución hace unos años: emitían mucho menos CO2 que las térmicas convencionales de carbón y eran más rápidas en los arranques (mayor capacidad de adaptación a la demanda en cada momento). Por ello, los ciclos combinados se utilizan actualmente en el sistema eléctrico para la regulación más gorda, por decirlo de algún modo. Sería un error utilizarlas para la generación de base, porque perderíamos esa flexibilidad a la hora de regular la producción.
Por otra parte, el gas que quemamos en España viene de Argelia, en su mayor parte, lo cual nos supone una relativa inseguridad de abastecimiento si dependiéramos exclusivamente de esta energía. Es decir, que no es bueno confiar toda nuestra generación eléctrica a una fuente de energía que importamos del extranjero, ya que pueden darse problemas en el abastecimiento.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer?

No hay una única solución al problema energético, ya que los factores que influyen en él son tremendamente numerosos y complejos.
Lo que se debe es alcanzar un mix energético que garantice la seguridad energética y sea sostenible, para lo cual, y siempre desde mi punto de vista, no se debería prescindir de la energía nuclear y se debería apostar mucho más fuerte por las fuentes renovables, sobretodo a pequeña escala (pequeñas comunidades capaces de generar su propia energía); pero regulando las subvenciones de manera racional y efectiva, evitando a toda costa las burbujas.

Y ahora, a comentar.

3 comentarios:

  1. Demócrito de Abdera16 de julio de 2011, 19:20

    Esa es la vía más razonable, un mix de diferentes fuentes de energía que den mayor flexibilidad a la gestión de la demanda y la hagan más práctica y operativa.

    Yo le veo bastante futuro a la solar térmica, el asunto de la fotovoltaica la ha eclipsado (por lo menos en España) y no deja ver las posibilidades de este sector. Ya se consigue producir electricidad aún por la noche e incluso si nos encontramos con un par de días seguidos sin Sol. Es la energía renovable en la que más confío, junto con la biomasa.
    Gracias por el post ;)

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  2. Antes de nada, tengo que decir que no me gusta para nada la nuclear pero sin embargo, a diferencia de algunos grupos "ecologistas" reconozco que a día de hoy es MUY necesaria.

    No me gusta la nuclear principalmente por el problema de los residuos (no confío en la reutilización de los mismos como hace AREVA, ya que en realidad sólo se reaprovecha el 5-10% del residuo inicial) así como algunos efectos en el medio natural en el que están como es la modificación de la temperatura de los ríos o mares para la refrigeración de las centrales.

    Está también lo de los accidentes, pero hoy por hoy las centrales son seguras porque Chernobyl fue un fallo humano para demostrar al comité central quién la tenía más grande y Fukoshima resitió un terremoto 10 veces mayor con respecto para lo que fue diseñado y el problema fue en realidad el tsunami que se llevó los generadores de emergencia.

    Lo cierto es que el argumento de los accidentes ya me comienza a cansar porque los embalses también se rompen y generan destrucción, aunque por lo menos no dejan la zona con radioactividad durante siglos.

    Por no hablar de que cada vez el uranio se va encareciendo y ya no es la energía hipermegabarata que era antes.

    Dicho todo esto, la opción más correcta sería ir cerrando las centrales según van cumpliendo su ciclo de vida y no el cierre de golpe como pretende Greenpeace o Ecologistas de Sillón, perdón en Acción.

    A día de hoy no hay una energía que aporte un 20% de energía constante como hacen las nucleares porque las renovables no lo hacen y desde luego no lo hacen de forma constante (me niego a llamar renovable a la hidroeléctrica por sus efectos en el medio http://cienciasycosas.blogspot.com/2010/09/como-afecta-al-medio-ambiente-la.html además de depender de un recurso no renovable (sí potencialmente) a diferencia de como sí hacen algunos ¿ecologistas?)

    Vale, es cierto que las renovables han dado algunos pasitos adelante, pero son pasitos y ya comienzo a estar bastante harto de todas las noticias de récord de producción renovable (eólica) en invierno cuando sopla el viento de verdad, porque luego en verano donde el consumo se incrementa, su producción es mínima.

    Eso, por no hablar de todos los impactos que genera la eólica en los ecosistemas, bueno como hacen todas las energías, pero eso de energía verde... en fin.

    Y luego la fotovoltaica... la que iba a salvar a la humanidad y duras penas llega al 5% de la producción total.

    Confío algo más en la solar térmica y los acumuladores con la producción constante, pero seamos serios... está verde.

    La verdad es que hay otras energías que aquí no sabemos aprovechar como sí hacen en Europa o en Estados Unidos.

    Por ejemplo, España es un productor muy importante de madera y con unas áreas forestales inmensas y no sabemos utilizar la biomasa como sí hacen en Suecia.

    Ya no hablo de plantar, simplemente con la tareas de limpieza generada en los diferentes ecosistemas se podría lograr una energía a pequeña escala pero que sería muy importante en centros deportivos, centros sociales, etc... o pequeñas localidades que podría reducir el consumo de petróleo/gas para las calefacciones.

    Lo mismo con el biogás. Con una de las cabañas vacunas y porcinas más importantes de Europa y el uso del biogás para electricidad y/o calefacción es irrisorio.

    Por ejemplo en Alemania y Estados Unidos, en algunas zonas ganaderas la producción está centralizada y se inyecta a lo que sería el gas ciudad. En Italia se emplea como carburante en los coches, etc...

    Tenemos alternativas (hay que mejorarlas) pero la nuclear es muy necesaria (de momento)

    Interesante el artículo y perdón por el tocho.

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  3. Pues yo, desde un punto de vista geológico sólo puedo decir que la nuclear es una mierda bien vendida. Si el mundo consumiese energía nuclear como la consume con combustibles fósiles, se nos acabaría el uranio aceptablemente barato antes de lo que se va a acabar el petróleo. Particularmente, soy antinuclear y me considero ecologista, y sin embargo, pienso que "quemar" es aceptablemente mejor que fisionar y lo digo sin entrar a valorar los riesgos y el hipotético precio a pagar si te toca la "lotería" chernobyliana o el pachinko fukushímico.
    La biomasa, la geotérmica en profundidad.

    Por otro lado, Andrés, ni Ecologistas del sillón ni GreenPIS piden el cierre inmediato de todas las centrales nucleares, piden el cierre una vez cumplida su vida útil. A parte de que la nuclear aporta el 17% de la energía mientras que el conjunto de las renovables aportan bastante más.

    Con la fotovoltaica estoy de acuerdo con Silvia. Fue el timo de la estampita. El problema es que hemos pasado de pagarla como si fuese caviar a no subvencionarla prácticamente nada, cuando, precisamente es cada vez más rentable. Vamos que la inversión se hizo demasiado pronto y nos hemos retirado cuando puede empezar a ser rentable, muy español.

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