jueves, 24 de noviembre de 2011

Mineros en el espacio

Hoy os tengo que pedir un pequeño esfuerzo de imaginación.


Pensad en un futuro lo suficientemente lejano como para que las reservas de minerales más utilizados en la Tierra (tanto combustibles como no combustibles) se estén agotando.

Lanzamiento del Endeavour, de Matthew Simantov
Una escasez de hierro, caliza, titanio, níquel, pizarras, granitos, yeso, cobre... y todo lo que os podáis imaginar.

Pensad también que los viajes espaciales son no solo posibles, sino también baratos, y que las primeras colonias espaciales empiezan a fundarse.

Con todo este panorama, os imagináis que, además de buscar nuevos materiales que sustituyan a los que se acaban, estaremos buscando yacimientos en otros puntos del espacio: asteroides y planetas, principalmente.

Y aquí es donde entra la minería: ¿podría adaptarse la minería tal y como la conocemos al espacio? Pues vamos a verlo.

Los explosivos:

La primera duda que se me viene a la cabeza es si podríamos utilizar explosivos en el espacio para arrancar la roca mediante perforación y voladura.
El principal problema sería la ausencia de oxígeno, ya que una detonación no es más que (entre otras cosas) una oxidación a lo bestia.
Y he llegado a la conclusión de que sí y no se podrían utilizar los explosivos en ausencia de oxígeno.
No se podrían utilizar aquellos explosivos que tengan un balance de oxígeno negativo: esto es, que necesiten absorber oxígeno del ambiente para completar la reacción estequiométrica.
Si se podrían utilizar aquellos explosivos con un balance de oxígeno positivo: los que en su composición tienen el oxígeno necesario para completar la reacción estequiométrica.

La maquinaria de mina:

Palas, excavadoras, camiones, perforadoras...
Volvemos a tener el mismo problema que con los explosivos: la ausencia de oxígeno.
La mayoría de estas máquinas funcionan con uno o varios motores de combustión interna, luego no sería posible trabajar con ellas tal y como lo hacemos en la Tierra.
Pero si tenemos la opción de dotarlos con un sistema de propulsión que no necesite oxígeno. Motores eléctricos, por ejemplo, alimentados por baterías que se recarguen con paneles solares, como ya se hace con los vehículos enviados a Marte.
En el caso de las perforadoras en el vacío, tendríamos el problema añadido de la evacuación de los detritus de perforación. En la Tierra esto se consigue con el arrastre por agua o aire comprimido. No tenemos aire en el espacio, por lo que habría que pensar en otro sistema, quizá con otros gases que si podamos transportar u obtener a un coste bajo.
Otro inconveniente sería la gravedad cero: tanto las máquinas como el mineral se vuelven peligrosos en inmanejables.

La mano de obra:

Alguien tiene que manejar la maquinaria y coordinar la mina espacial, así que habrá que crear poblados mineros en el lugar del yacimiento, asegurando la supervivencia de los valientes mineros espaciales.
Estos poblados deberían tener, al menos, la capacidad de alimentar y mantener sanos a sus habitantes.

Si me disculpáis, voy a ir preparándome para ser astronauta, que nunca se sabe cuándo te van a necesitar para ir a reventar un asteroide (que se lo pregunten a Bruce Willis).