jueves, 6 de septiembre de 2007

La conspiración de los lípidos y las partículas diésel.


Cuando vi la noticia no pude evitar recordar aquellas escenas de Érase una vez el cuerpo humano, los dos virus, el pequeñito y retorcido y el grandullón, conspirando contra los glóbulos blancos.

Parece ser que el efecto invernadero no solo nos afecta a nivel infraestructural, afecta, y mucho, a nuestra salud.
Un reciente descubrimiento de la universidad de Los Ángeles relaciona las partículas que desprenden los escapes de los vehículos diésel con los lípidos (colesterol LDL) causantes de las enfermedades cardiovasculares.
La asociación de estas partículas causa un mayor daño en las células arteriales que cualquiera de las dos por separado. Actuando en conjunto, estos dos tipos de partículas, promueven la inflamación celular causante de los accidentes cardiovasculares.

La actuación conjunta de estas partículas acelera el estrechamiento y bloqueo de los vasos sanguíneos.


Este estudio pone de manifiesto que también hay que controlar la contaminación ambiental para prevenir las enfermedades cardiovasculares.


Fuente: Electrónicafacil.

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